martes, 17 de abril de 2012

El césped

Hoy en la tarde platicando con el césped me contó lo difícil que es ser césped; lo difícil que es que te pisoteen y aún así crecer fuerte y verde; lo fácil que es existir en la tierra, desde abajo, ser el obrero en las plantas; ya saben, el que hace el trabajo sucio para que las gardenias y los jazmines se luzcan, pero de todo esto le pregunté al césped que lo motivaba a seguir siendo césped.

Él me contestó que no tenía otra opción, pero que aún así él era feliz, porque si e´l quería secarse y arruinar el jardín lo podía hacer cuando quisiera. Él sabe que su trabajo es indispensable y eso es lo que hace que sienta orgullo. Sabe que sin él, el jardín no sería jardín, y las flores no serían más que vegetación colorida y coqueta en un fondo café arena, con olores mezclados a tierra mojada, gardenias frescas, jazmines floreando, rosas hostigando las narices del que se llamaría jardinero sin césped.

Recordaré toda la vida esta plática con el césped, aquel obrero olvidado de color verde, quemado por el sol y apunto de secarse, pues no es regado con aguas de esperanza frecuentemente.

- Yafté Gómez.



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