domingo, 15 de abril de 2012

Un mensaje de vida para la vida

Y pensar que la vida se nos va por lo general en preocupaciones; una de tantas es el miedo que le tenemos en sí a la vida misma o al fin de ésta. Sería simpático que nuestras preocupaciones se fueran por la puerta mas ancha que tengan por cruzar para nunca mas volver, ¿no es así?

Pero, ¿cuál es el gran temor que nos invade? Aunque no lo asumimos ni mucho menos asimilamos: El fin de la vida. Pero, ¿qué es la vida? ¿quién no se ha hecho esta pregunta? ¿o cuál es el sentido real de una vida? Las respuestas las iremos viendo mas adelante.

Vamos a un caso de agobiación inconsciente, inadvertida y colectiva:

Nos cuidamos por la preocupación que tenemos de morir -sin siquiera planteárnoslo- o sufrir antes de un inesperado y despreciado deceso; nos alimentamos por la preocupación -o el miedo- de no gozar de una buena salud que nos permita seguir viviendo; nos interctúamos por la preocupación y el miedo de vernos muertos y solitarios; nos acostamos -inconscientemente pensando- asumiendo que por cada día que pasa, somos mas viejos -pero nadie se plantea que es un día mas sabio- con la preocupación de que puede ser nuestra última noche y cuando nos despertamos al día siguiente y nos damos cuenta de que aún estamos vivos, nos preocupamos porque dormimos mal, y he ahí la reiteración de nuestros inadvertidos temores, que de sólo tomarlos en cuenta, se nos pondría gélida la carne hasta el mas profundo de los suspiros del alma.

¿Fe? ¿para qué? ¿por qué? Y después de las respuestas que nosotros mismos nos damos, nos encontramos sumidos en el temor de que en otras vidas mas allá de nuestra existencia en carne, no haya nadie que nos reciba en su regazo y nos acoja con alegría y redención por haber superado la barrera entre la vida y nuestra "nueva vida" porque muerte es una palabra muy fea, ¿o no?

Pero volvamos a plantearnos: ¿Qué es la vida? Para algunos es la existencia, para otros es algo mas profundo, como por ejemplo: La unión de varios componentes que conforman un ser destinado a ser sabio al final de sus días (algo rara esta respuesta, ¿no?). Pero en fin, para mí, la vida es una suceción de momentos que componen a un ser destinado a solo dejar de vivir, independiente de qué sea: Persona, animal u objeto. Todo tiene un fin.

¿Cuál es el sentido real de una vida? Es curiosa esta pregunta, ¿por qué? Porque para responderla, tendría que dejar el espacio en blanco. ¿Cómo se da esto? Si bien es cierto que tenemos ideales que puedan otorgarle algo de "sentido" a nuestras vidas, no es menos cierto que solamente tratamos de hacer un poco mas honrosa nuestra muerte y hacer un poco mas latente nustra huella póstuma a nuestra partida. Ahora bien, veamos -dijo el ciego-: ¿Cuál es el sentido real de una vida? NINGUNO, pero es hermoso, divertido y hasta urgentedarle algo de humor, pasión, idealismos, etc. ¿Y por qué no tiene sentido? Porque en síntesis, nuestra vida se reduce a solo una estrofa dentro de una existencia colectiva, la cual debe acabar; ¿más fácil? TODO MORIMOS.

Preocupaciones. ¿Para qué? Angustias. ¿Para qué? Miedo. ¿Para qué? Es muy cierto que las preocupaciones, las angustias y el miedo nos ayudan a sobrevivir, pero pareciera ser que no nos interesa vivir, porque estamos cada vez mas pendientes de sobrevivir, preocupándodnos por todo, angustiándonos por nada y peor aún: TENIENDO MIEDO.

¿Solución? Muy fácil, la ignorancia es la clave que sugiere esta vida para la vida -no confundir con la estupidez-. ¿Ignorar qué? Los tres factores ya mencionados son los que han de hacer nuestra existencia en algo miserable; ¿nos merecemos esto? Si quieres te lo mereces, pero no me tomes dentro de tus ideales; para mí, yo no me merezco estar mal o ser alguien miserable; soy perfecto a mi manera y me adoro como tal, pero miedo no le tengo a la muerte, ya que asumí como algunos cuántos, que la muerte es la prolongación de mi vida mas allá de mi carne y lo tangible que haya en mí.

La salvación de una mente enferma y que sufre por todo lo anteriormente mencionado, son sólo dos frases: La primera la conocí cuando era aún un niño: ¡HAKUNA MATATA! (No te angusties) y la segunda la aprendí con los años: CARPE DIEM (Aprrovecha el día).. ¿No ven qué fácil es vivir a concho y bien? Disfruten el momento, aprovecha lo que te queda de día, son mis más sinceros deseos.

Hasta siempre a todos.

- Pablo Ignacio.





No hay comentarios:

Publicar un comentario