sábado, 24 de marzo de 2012

Corvus Corax

Lector, este cuento está inspirado en mi gusto por los cuervos y psicopatía, como podrá notar. Tuve tres finales diferentes y no pude decidirme por ninguno así que usted se encontrará con la decisión de elegir entre los tres finales que sean de su agrado. Sin más que decir, he aquí:


Corvus Corax.

Son las 10:40AM, la gente está murmurando a mi alrededor. Voy tarde a clases como siempre. Eso me pasa siempre porque siempre voy pensando en cuervos. Porque la gente que camina por la calle siempre va pensando en cuervos. Nunca en comida, sexo, fiestas, películas o viejas conversaciones. Siempre van pensando en cuervos. Cuervos. Cuervos de todas las formas, colores y tamaños. Cuervos de todas las razas: Corvus Corax, Corvus varius, Corvus subcorax, Corvus tingitanus, Corvus tibetanus, Corvus kamtschaticus, Corvus principalis, Corvus sinuatus.

La gente murmura a mi alrededor y me miran raro por la enorme sonrisa en mi rostro, sonrío porque voy pensando en cuervos, pero ellos no saben que voy pensando en cuervos, posiblemente piensen que soy raro, que ando drogado o ebrio. Pero yo no estoy drogado, ni ebrio ni soy raro. Mi madre dice que sólo soy diferente.

Me apresuro a correr a la Universidad mientras voy pensando en cuervos. Y la gente parece no percatarse que a nuestro alrededor los cuervos nos miran. Se posan en los árboles, cables y techos de los automóviles. Los veo brincar por el suelo jalando los cordones de las zapatillas de algunos estudiantes, pero parecen no darse cuenta. No se dan cuenta o quizás los ignoran, porque la gente que camina por la calle siempre va pensando en cuervos.

Me distraigo en el pasillo cerca de mi aula. Me distraigo por ir pensando en cuervos y choco contra las espalda de Adonay, el fornido y agresivo del grupo. Y yo no me doy cuenta porque voy pensando en cuervos.
Mi grupo siempre pensó que yo era raro -pero mi madre dice que sólo soy diferente- y tranquilo, no agresivo. Pero lo cierto es que a mí no me gusta que me interrumpan mientras pienso en cuervos. Porque cuando me interrumpen me desconcentro y los cuervos a nuestro alrededor desaparecen y ya no los encuentro, y me tengo que volver a concentrar ver a los cuervos.

Son las 12:50PM y estoy sentado en una banca a unos metros del aula, estoy viendo a los cuervos rodéandome. Ellos trepan por mis piernas y brazos, trepan a la banca y ellos me rodean. Me graznan y sonríen, podría jurar qué me sonríen. Yo los miro y sonrío.

-¿Qué miras, idiota?- escucho una voz lejana pero no entiendo lo que dice porque yo estoy tan ausente. Estoy ausente porque pienso en cuervos, y veo a los cuervos. Veo cuervos ente las ramas de los árboles mientras se extienden por el pasillo de la Universidad. Posados sobre los casilleros, asientos, mochilas y esparcidos por el suelo. Corvus, corvus.
-Te pregunté algo, imbécil- escucho con claridad esta vez, y los cuervos a mi alrededor se baten y desaparecen. No me gusta que me interrumpen mientras pienso en cuervos. Miro alrededor a Adonay, quién me ha alejado mis cuervos.

Me pongo de pie y lo golpeo en la nariz, después lo derribo con un tacle y caigo encima de él, ríendo mientras golpeo su cabeza repetidas veces contra el mármol del piso. Él queda inconsciente después de un par de golpes, así qué creo que ha tenido suficientes, o eso creo porque su cabeza sangra y está muy maltratada. Lo arrastro por el suelo dejando un rastro de sangre hasta que los cuervos miran el cadáver con total hambruna. Comienzo a reír mientras se arremolinan y caen en picada sobre él. Con sus picos atraviesan la carne y comienzan a arrancarla en cada picotazo. El aire se llena de sus graznidos mientras el charco de sangre crece y yo río; no, me carcajeo.

Final original:

Y yo sonrío. Río y sonrío. Y pareciera que soy el único que ve a los cuervos alrededor, graznando y sobrevolando el cielo, deteniéndose expectantes en barandales y asientos. Soy el único que los ve mientras plumas negras llueven del cielo. Y soy el único porque ya nadie piensa en cuervos.


Final alternativo #1:

-¿Por qué sonríes tanto, idiota? Hey, te estoy hablando.- Su voz me regresa a la realidad, parpadeo unos instantes mientras vuelvo a la realidad. Los cuervos han desaparecido de mi alrededor.
-Pinche inepto- murmura sacudiendo su cabeza en desaprobación mientras se aleja a paso lento hacia el aula, y yo me quedo en mi asiento. Sonriente y en silencio. Y los cuervos vuelven a aparecer a mi alrededor, uno por uno y se arremolinan en torno mío, porque estoy pensando en cuervos. Porque la gente siempre está pensando en cuervos.


Final alternativo #2:

Mi pecho empieza a doler, también mi rostro. Parpadeo y todo ha cambiado en cuestión de momentos. Adonay no es quien está inconsciente y sangrando en el suelo, sino yo. Me encuentro en el suelo y los graznidos a mi alrededor son ensordecedores. Los cuervos están sobre mí desgarrando mis ropas, brincando sobre mi estómago y abdomen mientras comienzan a arrancar la piel y carne de mi cuerpo. Cae la parvada en picada sobre mí y uno a uno comienzan a devorar, devorar su festín. Mi sangre se expande por el suelo en un gran charco mientras escucho los graznidos. Y sonrío.

-Corvus, corvus...- susurro con mi último aliento, dejándolo escapar de entre mis labios. Los graznidos comienzan poco a poco a perderse en la lejanía y mi vista comienza a nublarse hasta desaparecer. ¿Y yo? Estoy pensando en cuervos.


- Alguien en algún lugar.




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