miércoles, 21 de marzo de 2012

Ella y yo



Ella está hablando, ateniendo clientes. Yo estoy sentado frente al teléfono, observando el marcador cambiando segundo a segundo, minuto tras minuto.

Ella está ateniendo a los clientes. Yo estoy escuchando su voz distante mientras habla con ellos o saca copias, o el interminable sonido de los papeles que hojea sin cesar. Y yo estoy sentado frente al teléfono.

Escucho el zapateo y el ir y venir de los cientes, entrando y saliendo, entrando y saliendo. Escucho la voz de ella mientras le hacen preguntas, mientras entrega, copia y cobra. Escucho su voz lejana mientras los atiende. Y yo estoy sentado frente al teléfono.

Ambos ausentes. Ella ateniendo a los clientes y yo sentado frente al teléfono.

Ella me habla, pregunta por mí. Me exige volver a verme y me exige cumplir las promesas que le hiciera antes de iniciar este tortuoso intento de mi relación con ella. Ella me exige el libro que le prometí, me exige verla y me exige amarla. Y yo estoy sentado frente al teléfono.

Su voz me llama, su voz lejana me llama, y yo estoy ausente frente al teléfono.

-Alguien.
-¿Mande...?
-Te quiero mucho.
-...
-Te quiero mucho.
-...Ok.
-Dime que me quieres mucho.
-No.

Su voz me llama, ella me llama a la lejanía. Y me exige que lo diga, me exige y me exige que la quiera, y que la vea. Y yo me exijo dejar de pensar en ella, y en un "nosotros" irreal. Ella atiende de nuevo a los clientes y yo me quedo en silencio frente al teléfono.

Y su voz se distorsiona en el auricular. Escucho a los autos yendo y viniendo, yendo y viniendo. Escucho el sonido viniendo y una voz distorsionada en el teléfono. Ella debe estar caminando y yo estoy sentado frente al teléfono.

No te entiendo. No le entiendo. Su voz me llama, su voz distorsionada llama. Y yo no entiendo mientras estoy aquí sentado frente al teléfono.

-Oye, no te entiendo.
-WFDGFADSAFDXCXCBNGF
-No te entiendo. Te veo el lunes a las 12:50. Afuera del búho.
-FWEEGDG... ¡HTRGERFHGHTRJYT!
-Adiós.

Su voz distorsionada desaparece al colgar el teléfono. ¿Adivina qué? No, no te amo. No, no te amo. Adiós, no te amo. Hola, te amo. No, no, no te amo. Vete, no te amo. Hola, te amo.

Y el teléfono suena de nuevo. Y estoy sentado frente al teléfono. Mi corazón palpita y se acelera, me pregunto si es ella al otro lado del teléfono. Y la veo caminando entre los faroles de la calle, quizás preguntándose porqué colgué y por eso me marca. Y contesto el teléfono:

-¿Diga?
-¿Disculpe, está Teresa?
-...
-¿Aló?
-No, no está. ¿Quieres dejarle un mensaje?
-No, sólo dile que le marqué.
-Va.

Y no marcaste. Me quedo en silencio frente al teléfono, me cuestiono si marcar o no marcar. Así que me siento a esperar frente al teléfono. EStoy sentado frente al teléfono.

Y ahora empiezo a pensar en nuesta situación. En ella y yo. En ella, el teléfono y yo. Y me doy cuenta de que todo fue irreal, y que nada fue cierto. Sólo ella, el teléfono y yo. Así que lo olvido, y te olvido. Y el único testigo mudo es el teléfono. Estoy sentado frente al teléfono.

Hola, soy Alguien y mentí, aún te amo. Y lo confieso, aquí sentado frente al teléfono.


- Alguien en algún lugar.




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